Al hacer oscilar uno de los péndulos, observarás que, poco a poco, va reduciendo la amplitud de sus oscilaciones y transmitiéndola al otro péndulo. A través del hilo se transmite la energía de uno a otro hasta que el primero queda totalmente detenido por un instante. Luego ocurre el proceso inverso que sólo se detiene al cabo de un rato a causa de los rozamientos.