La cuerda está atada en su extremo inferior a un vibrador y por el extremo superior está unida a un punto fijo. Las vibraciones se transmiten a lo largo de la cuerda, se reflejan en el extremo fijo y, al volver, se encuentran con las que produce el vibrador: se produce una suma de los efectos de ambas ondas. Esta superposición de las ondas se conoce como interferencia.
El resultado de esta interferencia es una onda estacionaria en la que, como puedes ver, hay puntos que no vibran llamados nodos. La posición de los nodos depende, entre otras cosas, de la tensión de la cuerda. Si tensas la cuerda la distancia entre nodos varía, esa distancia es la mitad de la longitud de onda.