En el siglo XIX el físico belga Joseph A. F. Plateau planteó el problema matemático que lleva su nombre: “determinar la superficie de área mínima dentro de un contorno cerrado”.
Plateau utilizó láminas líquidas para obtener esas superficies aunque no logró resolver el problema matemáticamente.

Los líquidos tienden a que su superficie exterior sea lo más pequeña posible por la aparición de una fuerza tangencial que se llama TENSIÓN SUPERFICIAL.
La superficie de las figuras que se forman presentan el valor más pequeño de la energía potencial debido a esa tensión superficial.