Nuestro cerebro está acostumbrado a distinguir y controlar los movimientos en el plano y en el espacio y ello nos llevó un tiempo cuando éramos pequeños. Ahora, al tener que ver lo que dibujamos a través del espejo, se ha cambiado “cerca” por “lejos” y “lejos” por “cerca”; aunque se mantienen “izquierda” y “derecha”. Con un poco de práctica y de concentración, no es muy difícil conducir tu mano.
